El lince ibérico (Lynx pardinus) es una especie de mamífero carnívoro de la familia Felidae, endémico de la Península de Ibérica. Actualmente sólo existen dos poblaciones en Andalucía
aisladas entre sí con un total de cerca de 200 individuos, más otra en
los Montes de Toledo de sólo unos quince individuos y por ello
escasamente viable, lo que lo convierte en el felino más amenazado del
mundo. Es un felino de aspecto grácial, con patas largas y una cola corta
negra en el extremo que suele mantener erguida batiéndola en momentos
de peligro o excitación. También son características las patillas que cuelgan de sus mejillas.
Existen tres patrones de pelaje:
- Mota fina: con numerosas manchas de pequeño tamaño y repartidas uniformemente y de manera densa, que tienden a concentrarse en los flancos laterales.
- Mota gruesa A: las manchas son de mayor tamaño y tienen cierta tendencia a disponerse en líneas, apareciendo dos o más parejas de motas de mayor tamaño a nivel de los hombros.
- Mota gruesa B: las motas son del mismo tamaño que en la mota gruesa A, pero no se aprecia ninguna ordenación específica ni las manchas de los hombros.
Las principales amenazas sobre la especie son la mortalidad inducida
por el hombre sobre todo por atropellos con vehículos de motor, pero
también por caza furtiva directa, instalación de cepos y lazos dirigidos
a otras especies, envenenamiento ilegal, etc. Desde el año 2000, han
muerto en Doñana 57 linces, 24 de los cuales fueron atropellados. El índice de mortalidad, además, es mas alto en las carreteras que unen Matalascañas
con las poblaciones cercanas, donde murieron 8 animales en la última
década. La cifra es elevada si tenemos en cuenta que el número de linces
que habitan en el parque no supera el medio centenar. Cuatro de cada
diez linces atropellados mueren en estas carreteras ya que la vía
atraviesa una de las zonas que utilizan los linces para sus
desplazamientos. La reducción de las poblaciones de conejo como
consecuencia de la mixomatosis, neumonía vírica, así como la ganadería
intensiva, con la consiguiente sobreexplotación del estrato herbáceo,
que limita a su vez las poblaciones de conejos y repercute en los linces
ibéricos. Para evitar atropellos se han instalado ecoductos.
Una especie cuyos ejemplares están distribuidos únicamente en
poblaciones mínimas encuentra su principal amenaza en la fragmentación
de su área de distribución por construcción de infraestructuras, lo que
provoca que las poblaciones se separen paulatinamente unas de otras
hasta llegar a estar totalmente incomunicadas, fragmentadas y aisladas
por barreras de distintos tipos que impiden el intercambio genético
entre poblaciones. Éste es un claro ejemplo de fragmentación de área.
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